martes, 21 de junio de 2016

Frustración...

Durante las semanas que han pasado desde mi última entrada, he pasado un pequeño "infierno" mental y emocional.
Todo empezó al comparar fotos del 1 de mayo, cuando empecé el gimnasio, y el 1 de junio, un mes después de estar yendo 4-5 días a la semana más de una hora, esforzándome a tope e intentando comer lo más sano posible. Estaba emocionada porque sentía que con todo lo que había hecho, aunque no me lo notase porque me veo a diario, sí se vería diferencia al comparar las fotos y la decepción fue enorme... no solo no vi ningún cambio sino que algunas personas a las que les he preguntado, me han dicho que las fotos del "antes" parecen las del "después". Es decir, que se me ve más gorda en las fotos nuevas... Si a eso le añadimos que me han vuelto a decir lo de que me veo más gorda que antes de irme de España... y que la báscula no baja y algunos días hasta sube... pues imaginad el estado de ánimo que tenía...
En mi pequeño infierno interno, llegué a la conclusión de que la única forma de perder peso era volver a las andadas, hacer lo mismo que hice en Japón la primera vez. Me pasé una semana sin apenas comer y haciendo ejercicio sin parar, un día hasta casi me caigo de la cinta mientras corría en el gimnasio del mareo que tenía. Resultado al pesarme esa semana? Al pesarme a mitad de semana había perdido algo y al pesarme al final, lo había recuperado. Pasé de 67,3 a 68,6  y al final 67,2. Conclusión? Ni matándome de hambre y ejercicio he conseguido perder peso.
Hablé con el monitor del gimnasio para contarle lo que me pasaba, para ver qué estoy haciendo mal y, según él, la parte de mi cuerpo que más grasa acumula son los muslos y justo es lo más difícil de reducir y más cuando yo tiendo a engordar siempre esa parte muy fácilmente.
Intentó cambiarme la tabla de ejercicios pero salí de allí habiendo hecho menos de lo que suelo hacer habitualmente por mi cuenta por lo que no sentí que me hubiera servido de mucha ayuda.
He llegado incluso a pensar que podría tener problemas de tiroides para encontrarle sentido a lo que me pasa pero siendo realista, es bastante improbable.
En resumidas cuentas, no he estado nada bien. Y no es que ahora esté mejor es que simplemente necesito desahogarme aunque sea sola y que nadie me lea.

jueves, 2 de junio de 2016

La gente no piensa...

A veces, estás tan tranquila pensando en tus cosas cuando te encuentras a algún conocido por la calle que de buenas a primeras te suelta algo tipo "Uy, has cogido algo de peso, no?".
Tú, si eres una persona educada, intentas poner buena cara y respondes lo primero que se te ocurre para salir de la incomodidad de la situación tratando en todo momento de que no se note que mentalmente te estás cagando en sus muertos.

Y después del encuentro pueden pasar varias cosas:
- Una: que aunque te haya jodido el comentario, llegues a la conclusión de que no tiene porque importante lo que te diga cualquiera sobre tu cuerpo.
- Dos: que, ya sea porque te ha pillado baja de moral o porque este tipo de cosas te afectan mucho, te hundas aún más de lo que ya estabas.

Y te preguntas... ¿la gente no piensa antes de hablar? ¿No son conscientes de que un simple comentario negativo sobre el cuerpo de alguien que tiene problemas de peso puede afectar muchísimo a esa persona? Y no hablo solo de las personas con obesidad o sobre peso, este tipo de comentarios también los recibe gente delgada... "Uy, tienes que comer más que estás en los huesos, eh?", y lo peor es que soltarle algo así a alguien, está mejor visto que decirle a alguien con obesidad que le sobran unos kilos.
¿Acaso no son capaces de darse cuenta de que la persona a la que se lo dicen sabe perfectamente si le sobran unos kilos o le faltan?
¿Acaso no son capaces de pensar que quizá esa persona tiene algún problema que le hace estar así por más que se esfuerce para ganar o perder peso?
¿Acaso son tan idiotas que no se dan cuenta de que pueden hacer mucho daño con un comentario de mierda que se pueden ahorrar?

Pues eso fue exactamente lo que me sucedió hace unas semanas. Vi a alguien que hacía unos meses que no veía y sin venir a cuento me soltó: "Te veo más gorda".
En ese momento me quedé un poco descolocada porque no me lo esperaba, principalmente porque esa persona nunca me había dicho algo así y sabe de sobra lo que me ha costado perder tanto peso desde que empecé a cuidarme.
Y me paré a pensar... cuando fue la última vez que me vio para que ahora le parezca más gorda? Y recordé que fue justo antes de irme de España.
En vez de quedarme callada, le dije que era imposible que me viera más gorda, que justo cuando me vio no solo pesaba 5kgs más que ahora sino que ahora uso una talla menos.
Qué respondió? "Ay, pues no sé, yo te veo más gorda".

Y me dolió en el alma. Si eso me lo hubiera dicho una de esas personas amargadas que disfrutan haciendo sentir mal a los demás, me lo habría tomado de otra forma pero cuando viene de alguien que supuestamente te tiene apreció... duele.
Y duele más porque aunque sabes perfectamente que es imposible que estés más gorda que cuando te vio por última vez y aún considerándote una persona lo suficientemente fuerte para que no te afecten estas cosas, caes. Y pasas de sentirte bien por haber perdido unos kilos a sentirte como una mierda otra vez.
Me pasé unas horas dando vueltas a la conversación, me miré en el espejo una y otra vez y cada minuto que pasaba me veía peor. Total, que terminé pensando que ella tenía razón, ¡aún sabiendo que no era posible!, me vi más gorda, me entró la desesperación, me hundí.

Resultado? Dos horas después, acabé yendo a apuntarme al gimnasio de mi barrio aún sin casi poder permitírmelo, aún cuando yo sola había logrado perder más de 30kgs y había defendido a capa y espada que era posible adelgazar haciendo ejercicio por nuestra cuenta sin tener que gastar dinero en gimnasios.

miércoles, 1 de junio de 2016

Vuelta a empezar...

No sé ni cómo empezar esta entrada porque me ha costado mucho decidirme a volver a escribir en este blog.
Como podéis ver, ha pasado más de un año desde mi último post y en todo este tiempo han cambiado mucho las cosas, tanto que hasta la dirección y el nombre del blog es diferente.
Y por qué? Porque antes no me atrevía a "dar la cara", ni siquiera mi nombre auténtico por miedo a lo que pudiera pensar cualquier persona conocida que encontrase mi blog por casualidad.
Y cómo pretendía ayudar a nadie a estar mejor con ellos mismos si yo misma me avergonzaba de mí?
Y ya que me he decidido a dejar de esconderme, también voy a dejar de esconder algunas verdades sobre mi pérdida de peso.
Pero antes, voy a intentar resumir lo que me llevó a dejar de actualizar el blog para que podáis entenderme mejor.
En mi última entrada (10/03/2015) había conseguido llegar a los 61kgs, estaba animada y convencida de que me faltaba poco para alcanzar mi objetivo pero... qué paso?
Pues que cuando haces las cosas "no muy bien", los resultados pueden ser "no muy buenos".
Ir rápido no significa llegar antes, puedes terminar perdiéndote por el camino.
Y eso fue justo lo que pasó.
Revisando las pocas entradas que publiqué en este blog, he visto que no comenté un dato bastante importante para mi pérdida de peso y este dato es que me fui a vivir fuera de España un tiempo, en concreto a Japón. Y por qué fue tan importante? Porque vivir allí hizo que pasase de estar estancada en mi proceso de pérdida de peso, a perder 6kgs en menos de tres meses sin hacer "ningún esfuerzo".
Y digo "ningún esfuerzo" porque a pesar de que no considero que me matase de hambre o me pegase palizas haciendo deporte, perdí peso fácilmente pero sin hacer las cosas como debería.

Cuando te vas a vivir por tu cuenta teniendo problemas de peso, pueden pasar dos cosas:
- Que el descontrol sea máximo por vivir fuera de casa y engordes mucho porque comes y haces lo que te da la gana.
- Que comas menos de lo que deberías (ya sea porque te controles demasiado las calorías, porque te da pereza cocinar, porque al vivir solo tienes menos tiempo para hacer la compra y la comida, etc.) y pierdas mucho de golpe.

En cuanto a lo de controlar las comidas, no es que sea malo, es que si no lo haces de forma saludable, además de que perjudica tu salud, en cuanto comas "normal", recuperas todo el peso perdido rápidamente.
Estando en Japón y compartiendo piso, mi estilo de vida cambió radicalmente.
No podía hacer ejercicio como en España porque no había mucho espacio en mi piso y, para que mentir, me daba vergüenza ponerme a hacer aerobic o el tipo de ejercicio que solía hacer en mi casa, pero había una ventaja muy grande: para ir a cualquier sitio tenía que andar y mucho, por lo que salir de casa suponía andar durante horas y hacía "ejercicio" casi sin darme cuenta.
Otra de las cosas que cambio fue mi alimentación: primero porque es de sobra conocido que la comida japonesa es bastante diferente a la española y segundo porque como no sabía cuando podría volver y cuando volvería a tener la oportunidad de comer algunas cosas, me decidí a probar todo lo que me apeteciese comer (siempre que entrase en mi presupuesto, claro).
Y si comía lo que me apetecía, cómo es posible que adelgazase tanto? Pues porque solo hacía una comida principal al día. Tomaba cualquier cosa para desayunar (la mayoría de veces un vasito de té con leche sin azúcar) y luego comía tarde y no cenaba, hacía una especie de "comida-cena".
Y si al menos hubiese sido comida sana... pero no. Solía comer platos pre-cocinados, comida instantánea, fritos, dulces, etc. Casi nada de fruta ni verdura. Y por más que sea comida que engorda, si en total tomas menos de 600 kcal al día, adelgazas a la fuerza sí o sí.
Y ni siquiera me quedaba con hambre, es más, comía así porque realmente no tenía hambre y me limitaba a comer cuando sí tenía.
En esos momentos no era realmente consciente de que me podía perjudicar comer así pero (sin tener en cuenta los problemas de estómago que tenía) a los dos meses ya no me encontraba muy bien, me sentía más débil y sabía que si me hacían análisis de sangre al volver a Valencia, los resultados no serían muy buenos.

La segunda parte de la historia viene cuando volví a España. Después de las primeras semanas en las que tienes comidas familiares y cenas con amigos para celebrar el regreso a casa, decidí ponerme de nuevo en serio con la pérdida de peso pero esta vez, aprovechando que estaba en casa, lo iba a hacer bien: comiendo sano y haciendo deporte.
Entonces, cuál fue el problema?
Que aunque comiera de forma sana, hacía más comidas al día y por más deporte que hiciese, no conseguía perder tan rápido como en Japón, es más, había días en los que pesaba más. Y si te esfuerzas mucho y no solo no ves resultados sino que en lugar de perder, pesas más... pues desanima y mucho, especialmente si has pasado de perder peso rápidamente y sin esfuerzo, comiendo lo que quieres a dejarte la piel haciendo ejercicio y morirte del asco con la dieta.
Recuerdo que hubo algún día en el que ni siquiera comí porque los días anteriores no había perdido nada y quería comprobar si dejando de comer un día, sí perdía. Y tachánnnn, tampoco perdí.
Un día entero sin comer y haciendo deporte y al día siguiente pesaba lo mismo! Cómo era posible? Pues realmente no lo sé, supongo que algunos días retenemos más líquidos que otros y por eso pesaba más. La cuestión es que me di cuenta de que no podía seguir así, no podía dejar de comer y más cuando no daba resultado.
Y entonces entré en una especie de bucle infinito en el que empezaba las semanas haciendo dieta estricta y deporte fuerte y conforme se iba acercando el fin de semana perdía las fuerzas, me saltaba la dieta (no exageradamente) y no hacía ejercicio por lo que al pesarme, no perdía y ganaba un poquito más cada semana.
Resultado? En casi 1 año, aún intentando cuidarme y hacer ejercicio, recuperé lo que había perdido en Japón más unos kgs de regalo, pasé de 61kgs a casi 72kgs... menos de 1 kg más al mes pero juntos de golpe son más de 10kgs...
Y no solo me sentía mal por estar más gorda que antes sino que me sentía una fracasada, me había decepcionado a mí misma después de jurarme mil veces que no dejaría que esto volviera a pasar.

La tercera parte de la historia es cuando volví a Japón por segunda vez. Tenía muchas esperanzas puestas en mi vuelta porque como la vez anterior había perdido tanto de golpe sin esfuerzo, pensaba que esta vez sería igual o que incluso podía perder más. Quizá por eso me descontrolé más mis últimas semanas en España, porque a parte de que tenía comidas, cenas y demás compromisos de despedida, pensaba "ya lo perderé en Japón, que allí seguro que adelgazo enseguida".
Y sí, esta vez perdí 5kgs y comiendo de todo (comida casera: mucha fruta, verdura, pescado, sopa, té, etc.) y mínimo 3-4 comidas al día. El único deporte que hacía era andar mínimo 1 hora al día (los fines de semana las tres horas andando diarias no me las quitaba nadie) y subir y bajar escaleras porque allí estoy en una casa de dos plantas y mi habitación está en la parte de arriba.
Y diréis, pues 5kgs en menos de tres meses y comiendo de todo está muy bien, no?
Sí, está muy bien pero esta vez había más kilos que perder que la vez anterior por lo que al volver de nuevo a España pesaba más que antes de ir a Japón por primera vez.
Ha sido como volver a empezar como lo dejé hace año y medio, como si lo de verme más delgada y rozando el 5 de los 59kgs hubiera sido un espejismo...
Y aquí estoy ahora, luchando de nuevo contrarreloj para intentar perder algo antes de volver a irme a Japón y que no me pase lo mismo que la vez anterior...

martes, 10 de marzo de 2015

Recta final.

Bueno, después de mucho tiempo, ya me hallo en la recta final de mi pérdida de peso, lo que no significa que me falte poco para conseguir alcanzar mi objetivo.
Actualmente peso 61kgs, me falta perder 8 más para llegar a mi meta final: 53kgs.
Está costándome bastante perder estos 8 últimos kilos pero, bueno, no me desanimo porque ya sabía que esto pasaría y si ya he perdido más de 30 también puedo perder 8 más!

Adjunto fotos comparativas, las de la derecha son de hoy mismo.




domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Qué comer? ¿Qué no comer?

Antes que nada, yo no soy ni nutricionista ni dietista, solo soy una chica que con esfuerzo y tiempo ha conseguido perder más de 30kgs en un año y medio.
No he seguido ninguna dieta específica pero se podría decir que me he alimentado a base de verduras, pescado, marisco, pollo, pavo, huevos, fruta, leche desnatada, queso blanco y, muy de vez en cuando, carne de vaca. 
Por supuesto, nada de fritos, rebozados, bollería, comida rápida, etc.
En cuanto al arroz y la pasta, he comido pero con moderación, y lo mismo con el pan, es más, si podéis evitar comer pan mejor que mejor.
Y me diréis: ¿comer siempre lo mismo todo el año no es aburrido? Pues el truco está en alternar los alimentos y echarle imaginación: buscando recetas bajas en calorías, aliñando con especias, con limón, etc.

Ya sé que es un sacrificio muy grande no comer lo que nos gusta pero es el precio que hay que pagar si queréis tener un cuerpo mejor y una vida más sana. 

Como he dicho al principio, no soy nutricionista pero si alguien necesita algún ejemplo de dieta, dejad un comentario diciendo el número de calorías que necesitáis para mantener vuestro peso, el ejercicio que hagáis semanalmente y lo que queráis perder a la semana (si es más de 1,5kg, lo siento pero no responderé porque creo que no es sano perder tanto en solo una semana).  

No nos volvamos locas!

En mi entrada anterior hablaba sobre el consumo y la quema de calorías al día, ¿esto quiere decir que a partir de ahora tenemos que volvernos locas contando calorías? No.
No, pero sí debemos hacer un calculo aproximado y controlar lo que comemos según lo que quemamos.
Aunque sea solo por curiosidad, mirad cuantas calorías tiene lo que vais a comer.
Imaginad que queréis comer un donut, un simple donut tiene más de 400 kcal., andando una hora a paso normal (si pesamos unos 75kgs) quemamos unas 350kcal., ahora pensad: ¿merece la pena malgastar lo que he quemado durante más de una hora caminando por comerme un donut? un donut que no tardas ni 5 minutos en terminarte? sí la respuesta es sí, pues adelante, solo tened en cuenta que para perder peso necesitaréis hacer más ejercicio aún.
Os digo esto porque a mí me ha sido de gran ayuda, cuando me entraban ganas de comer algo "no tan sano", miraba las calorías y pensaba: "Me he pasado una hora haciendo ejercicio y esto tiene más calorías de las que he quemado? No, gracias.".

Contando calorías.

Después de probar varias dietas sin resultado y buscar información en internet durante semanas, me di cuenta de que la única forma de perder peso es simple: quemar más calorías de las que comemos.

Según mi opinión y experiencia, para perder peso de forma sana debemos perder entre 0,5-1kg por semana. Al principio, especialmente si os sobran bastantes kilos y hacéis bien las cosas, la cantidad que perdáis por semana será mayor pero poco a poco irá disminuyendo.

1kg de grasa equivale a unas 7.500 calorías (aproximadamente), por lo que si nos proponemos perder medio kg a la semana debemos tener un déficit calórico de unas 500 calorías al día, ¿eso qué quiere decir? que debemos quemar 500 calorías más de las que comemos a diario.

Nuestro cuerpo esta quemando calorías constantemente, incluso cuando dormimos. ¿Cómo saber cuántas calorías debemos tomar al día para perder peso? Pues es simple, según nuestro peso, altura, edad, género y tipo de actividad diaria podemos saber las calorías que necesitamos para mantenernos en nuestro peso actual, así que para perder peso es tan simple como comer menos calorías al día de las que necesitemos para mantener el peso y/o hacer ejercicio para quemarlas.
Para averiguar las calorías que necesitáis al día para mantener vuestro peso, podéis usar webs como ésta:
http://www.legourmett.cl/cuantas-calorias-debo-consumir.html

Ahora que ya sabemos cuánto debemos consumir, podéis ver lo que quemáis aproximadamente según el tipo de ejercicio que hagáis en esta web: http://es.calcuworld.com/deporte-y-ejercicio/calculadora-de-calorias-quemadas/

También hay aplicaciones de móvil muy útiles que cuentan los pasos que das y te dicen cuanto has quemado al día, lo que además de ser útil, motiva bastante :)